Los Esenios y la Sanacion

Primera Parte

Se calcula que los “Esenios” existieron entre el 1100 a 586 antes de Cristo y algunos textos fueron escritos dos siglos antes de Cristo. Ellos leían los cuerpos etericos y percibían las falla o excesos que debilitaban los cuerpos. Para ellos los Chacras se llamaban "Pequeñas Llamas" así lo veían, y a través de ellos podían lavarse y purificarse los cuerpos. Las siete pequeñas llamas se superponen para lograr la sanacion.

Para ellos el "Bazo"(órgano) es llamado pequeño sol y es el que nos proporciona la energía. Cuando estamos bajos de defensas tenemos que fortalecer el bazo. Para ello utilizaremos agua energiza por la luna(se deja la jarra de agua a la luz de la luna por tres horas), la tomo y masajeo energéticamente el Segundo Chacra en sentido horario para activarlo.


Los Esenios utilizaban el Padre Nuestro en arameo y los Salmos para sanar.

Algunos salmos que utilizaban eran:

Salmo 3: Prosperidad (ver viejo testamento)
Salmo 10: Entidades del mal.
Salmo 15: Depresión.
Salmo 23: Recibir respuestas en sueños.
Salmo 45: Armonía matrimonial o de pareja.

Segunda Parte

Los Esenios recibían muchas enseñanzas de la antigua sabiduría Universal, la cual llevaron a sí mismos como una forma de servicio sagrado a la humanidad. Estaban conscientes de que la mayor parte de esta sabiduría era para una humanidad futura, y pensaban que los grandes Maestros que vendrían en el futuro podrían utilizar su trabajo. Ellos creían que sin ellos --los Maestros--, los benefactores no podrían ayudar a los seres humanos, y las personas se hundirían por tanto en la oscuridad de la ignorancia y la depravación, y eventualmente se destruirían unos a otros mediante cruentas guerras y otras atrocidades innombrables.

Son muchos los estudiosos y expertos que sostienen que Jesús descendía de los Esenios, una tribu o secta judía de ascetas monásticos y origen semítico sirio que había tenido su origen en Palestina, en el tiempo de los Macabeos, entre 300 y 150 años a.C., y que vivía apartada de las otras tribus predominantes de la época –los saduceos y fariseos- y dedicada a la artesanía y a la práctica de la caridad y santidad.

Se dice que su misión fue neutralizar, con la fuerza de sus pensamientos y poder vibratorio, las bajas vibraciones del entorno en el área donde habría de nacer el Mesías. Pero aunque hoy se considera a la tribu esenia como la precursora de la Iglesia Cristiana, como la cofradía que plantó la semilla para que las enseñanzas de Jesús cayeran en tierra fértil, esta permaneció oculta al conocimiento profano por lo hermético de su enseñanza, por la elevada misión que les correspondió cumplir y por no ser mencionada en la Biblia. Recién se hizo conocida en nuestra cultura a partir del hallazgo, en el año 1947, de 800 rollos de Evangelios Apócrifos, conocidos hoy como los Papiros de Qumram o los Rollos del Mar Muerto. Fueron descubiertos en vasijas de arcilla ocultas en 11 cuevas ubicadas a un kilómetro, aproximadamente, de un lugar denominado Chirbet Qumram, en la ribera noroccidental del Mar Muerto, y que desde mediados del siglo pasado es conocida como El Paraje en Ruinas por ser una zona desértica e inhóspita, pocos kilómetros al sur de la ciudad mítica de Jericó.

Los antiguos Escenios nos recuerdan que hay una poderosa relación entre lo que pasa en nuestro mundo interior de sentimientos y las condiciones del mundo que nos rodea. Quizá increíblemente sencilla, esta relación establece que la condición de nuestra salud, nuestras sociedades, e incluso los patrones del clima, son espejos de la manera en que lidiamos con la vida interiormente. Experimentos recientes en la ciencia de las energías sutiles y la física cuántica ahora arrojan credibilidad precisamente a esas tradiciones.

Como les veníamos contando el mes anterior, los Esenios tenían una forma muy particular de sanar, ellos decían que el cuerpo del otro puede hablar y ser oído.

Ellos proyectaban un haz de luz desde el Séptimo Chacra de color verde o cristal, esa luz rodeaba al Sanador y a la Persona, ambos comenzaban a respirar al mismo ritmo, luego el Sanador empezaba a percibir un sonido desafinado que lo emitía el órgano que estaba enfermo y así lo podía sanar.

Con esta técnica realmente se ponía en practica la percepción, no entraba ni la voluntad personal, tampoco se hacían juicios, ni cuestiones personales, se sanaba por pura intuición y percepción.

Algunos otros de los Salmos que utilizaban para sanar eran:

Salmo 57: Éxito en lo que se emprende.
Salmo 67: Enfermedades graves.
Salmo 84: Cáncer
Salmo 99: Para conseguir evolución espiritual.
Salmo 33: Para los niños.

Si quieren ampliar y profundizar más en este tema tan interesante, les recomendamos el libro “ Jesús y los Esenios”.