El Chaman

El Chamán era un líder religioso presente en el Asia Central, en Norteamérica y en Oceanía.
Los orígenes de la palabra se pierden en la noche de los tiempos, aunque ya los diversos estudios coinciden en considerar el término proveniente de la Lengua Tungus de Liberia, una de las zonas en que se observa la forma clásica de chamanismo. El hecho, que puede resultar sorprendentemente a primera vista, se explica por la función propia del personaje en culturas muy antiguas que empleaban técnicas elementales de trabajo

Sus tareas fundamentales han sido la curación y la adivinación y, en épocas determinadas, sobre todo si tenían éxito como sanadores, podían llegar a ocupar una elevada posición social y económica dentro de su grupo.

El desarrollo industrial y el progreso generalizado lo relegaron al ámbito de sus tribus o aldeas. Aunque nunca desaparecieron del todo. El hombre de la ciudad busca hoy en dia algún guía que lo conecte con su esencia, que lo lleve al autoconocimiento para elaborarse un camino propio que le permita ser lo que realmente quiere ser y no lo que el mundo espera de él.

Agotados los caminos tradicionales, los pasos se encaminaron hacia las raíces ancestrales y en esta búsqueda desesperada los brujos volvieron a ocupar un lugar de honor.

Si bien todavía persiste la mirada pública peyorativa, no hay duda que han aumentado su influencia. Y en el caso específico de los chamanes, diversos estudios establecieron paralelismos entre la curación chamanística y las curaciones psicoanalíticas, con lo cual su prestigio aumentó considerablemente. La integración entre el chaman de la selva y el terapeuta de la ciudad es ya una realidad, hasta el punto de que unos cuantos antropólogos admiten que sus habilidades para conocer la psiquis del hombre son iguales o superiores a las de los expertos. Sea como sea, ellos siguen con su trabajo de siempre, aprendiendo de sus antepasados y transmitiendo sus conocimientos, convencidos de que en la comunión con la naturaleza está la fuente de su poder.